sábado, 27 de marzo de 2010

El último tramo de la Cuaresma

Hemos transitado ya, casi por completo el tiempo cuaresmal, que litúrgicamente hablando no ha dejado empapados con la esencia del Amor del Padre, que se nos transmite mediante la entrega del Hijo, perfecto Dios y perfecto Hombre, quien fue tentado, acusado y cuestionado pero jamás abandonado por su Padre quien nos pide que lo escuchemos, que prestemos atención a su mensaje de Amor, pues Él es el escogido.
Pero sobre todo, la cuaresma nos recuerda la infinita Misericordia que Dios tiene para con nosotros, no invita a volver a Él, que nos espera para recibirnos con gran alegría. Pero este signo de reconciliación bien sabemos que requiere, de nuestra parte, el compromiso o la predisposición para no volver a faltar a su confianza.
En definitiva es un llamado a la conversión, y a la vez al compromiso, a sentirnos parte de este su proyecto de Salvación, que tiene "un año más", una oportunidad más para dar fruto (parábola de la higuera).
Ahora, como personas, ¿de qué manera repercute todo esto en nuestras mentes? ¿no sentimos interpelados? si bien estamos invitados a la conversión, a confiar en el gran Amor que Dios nos tiene, también es un llamado a la acción, a construir juntos este reino, a abrir los ojos y mirar alrededor y preguntarnos ¿como puedo ser parte de este plan, que me pide Dios? ¿por donde comienzo, quien me ayuda, quien me acompaña?. Pero, pensemos en María, nuestra madre; ella no entendía muchas cosas, no sabía que le pedía Dios, tuvo que pasar por muchos tormentos en su vida, cuando Dios le había prometido felicidad, sin embargo seguía creyendo en él y glorificándolo. Con el tiempo le llegó la respuesta, realmente recibió todo lo que se le había prometido, Dios obró en ella, miró su humildad e hizo maravillas con ella, como lo haría con todos nosotros.
La reflexión que queremos dejarles, entonces, para este tiempo son tres cosas: humildad, conversión y acción.
¡¡Confia en Dios!! tiene preparado para vos un gran proyecto, es hora de movernos, pues el mundo clama. Que tengas una muy buena preparación para estas Pascuas, dale el sentido real que se nos propone.


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